sábado, 20 de marzo de 2010

Ensayo: Irresponsabilidad o Flojera






Prepratoria No. 7 turno matutino 4º “A” 16 de Marzo de 2010.
La irresponsabilidad es un defecto muy grande que todo ser humano desarrolla y es inevitable, pues en cualquier momento lo puede poner en práctica siendo esto la salida más fácil a los problemas. La palabra irresponsabilidad se define como todo aquello carente de responsabilidad o alguien que actúa sin considerar las consecuencias. La responsabilidad es lo contrario, pues esta es una virtud que es necesaria para todo ser humano y se define como aquella persona que responde, rinde cuentas de sus actos o de los otros.
La irresponsabilidad como acción, lleva consigo, el no cumplimiento de un acto u obligación asumida de manera voluntaria u obligatoria, pero en cada caso, supone el desarrollo de una tarea o labor que compromete de nosotros una determinada función esperada o determinada previo acuerdo, según Carlos Livacic Rojas. Pero también señala que la irresponsabilidad asumida como tal, es la negación del desarrollo, es ponerse al costado de la productividad, es permitir que las cosas sucedan y no se logre sacar de ella nada bueno. La irresponsabilidad como tal, se transforma con el tiempo en la madre de todos los males, la que justifica cualquier despropósito y lo que es peor, una vez que se instala, es muy difícil sacarla del inconsciente colectivo de una sociedad.
http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/Responsabilidad.htm. La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su faceta negativa: la vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo, en el carpintero que no llegó a pintar las puertas en el día que se había comprometido, en el joven que tiene bajas calificaciones, en el arquitecto que no ha cumplido con el plan de construcción para un nuevo proyecto, y en casos más graves en un funcionario público que no ha hecho lo que prometió o que utiliza los recursos públicos para sus propios intereses.
Cuando alguien cae en la irresponsabilidad, fácilmente podemos dejar de confiar en la persona. En el plano personal, aquel marido que durante una convención decide pasarse un rato con una mujer que recién conoció y la esposa se entera, la confianza quedará deshecha, porque el esposo no tuvo la capacidad de
Irresponsabilidad o flojera.
cumplir su promesa de fidelidad. Y es que es fácil caer en la tentación del capricho y del bienestar inmediato. El esposo puede preferir el gozo inmediato de una conquista, y olvidarse de que a largo plazo, su matrimonio es más importante. El origen de la irresponsabilidad se da en la falta de prioridades correctamente ordenadas.
Este defecto no es se da así nada mas por que sí, pues cuando uno piensa en la palabra o dice irresponsable, rápido acudimos a pensar en la “flojera”, y la flojera, que puedo decirles, sino escribiera esto estaría mintiendo, ya que también acepto que la flojera es una liberación pero de lo mas fácil, aunque después se siente la culpa que es peor. La flojera también es un defecto y se da cuando una persona tiene poca fortaleza o vigor, poco activo y cuidadoso.
En otra opinión la flojera la definiríamos como la madre de todos los aburrimientos que tiene el ser humano, pero también como la misma de la pereza ¡y como a la madre hay que respetarla!, ya ni modo. En esta también hacemos la referencia a los avances científicos o los inventos que han Hecho mas perezosas, flojas y huevonas a las personas, y por esto tenemos un problema muy grande en la actualidad, que es la obesidad, ya que las personas en lugar de caminar ven televisión, solo comen y comen o simplemente para transportarse de un lugar a otro utilizan un automóvil, que a consecuencia de su uso dañan el ambiente al igual con la comunicación pues ya nadie busca a las personas ahora existen los celulares o el internet, En el cual también ocurre la flojera, pues en lugar de ejercitar la lectura lo único que se hace s buscar la información en internet para después copiar, pegar e imprimir, y listo tenemos un trabajo que a lo mejor no sea bien revisado pero de tanta información seguro pasa. La flojera ayuda para escapar de algunas situaciones, pues pude cambiar muchas cosas, tanto que puede llegarle a cambiarle la vida a una persona, ya que si tiene un trabajo pueden acabar por despedirlo.
La flojera se da en un ámbito muy especial para las personas, el cual es una etapa de la vida que es en la juventud y aun peor cuando están en pleno estudio,
Irresponsabilidad o flojera.
porque aquí todo se dice al grano o al chile como nosotros decimos, que si tienes flojera lo comentas con tus amigos y estos en lugar de decirte algo en ocasiones te apoyan, no que los adultos escuchan estas palabras y se desilusionan de la juventud por lo que hacen.
En la juventud, dichosa juventud se le ha dado un sinónimo a la flojera que es hueva, pero ¿que es la hueva? pues según el diccionario se define como la masa oval que forman los huevos de ciertos peces, entonces porque decimos hueva en lugar de decir flojera u otra palabra, y es que quien no ha escuchado algo como -¿Por qué no llegaste ayer?- Y contestan -¡ha, porque me dio hueva y me quede dormido-, y haciendo señas como cargando algo con las manos o con una. También la flojera o la hueva se dan por cansancio, distracción, negatividad o por falta de creatividad y en ocasiones por “tiempo”, y los dos últimos que ya se mencionaron dan origen a la frase “lo hice al chingadazo”. Creo que la razón por la cual se el ha denominado hueva, es por la gran carga que llevan los peces y el como liberan esta es muy parecida, pues de un solo empuje sueltan varios huevos (problemas).
elb@servidor.unam.mx. La hueva, la cual tiene varias aristas; amén de ser sinónimo de flojera, también tiene que ver con la complacencia o rigidez de los testículos; para muchos es una religión, en otros una constante y los más, la padecemos de vez en cuando; asimismo, hay quien hace de ella su postura ante la vida, inclusive la esgrimen como causa de sus fracasos, derrotas o carencia de argumentos en una discusión; independientemente de que muchos abusan; lo cierto, es que practicar la hueva de vez en cuando es ineludible; por ejemplo, la placentera y genuina pereza dominguera, donde se opta por no pararse, no bañarse ni rasurarse; en síntesis, entregarse a esa abundante e irreflexiva filosofía del me “vale madre”.
Lo que si, a pesar de ejecutar con toda perfección la hueva, se tiene que cumplir con dos básicos ejercicios fisiológicos; uno, orinar, el cual en la medida de lo posible se contiene hasta el arrebato o la imprudencia; el otro, el grato placer de defecar, sobre todo cuando se tiene un retrete cómodo, con anexo bibliotecario o
Irresponsabilidad o flojera
de perdida un revistero.
La hueva tiene ritmo, todo un proceso; se debe mantener la modorra, dormitar por momentos; pero también, con evidente desconsuelo abrir a media luz los ojos y sin desprenderse de la pijama, aventurarse en la cocina para probar alimentos ligeros y, si hay suficientes fuerzas prepararse un café o un yogurt, tal vez algún jugo de esos envasados, que generalmente saben a químico, para después volver al aposento con singular entrega; es momento de mirar al techo, quizá prender la televisión, pero sin prestar atención a ningún programa, sólo aprovechando el reflejo para medio hipnotizarse, o sea, literalmente buscar soñar despierto; así, de manera realmente heroica, mantenerse el mayor tiempo posible en la cama; claro, hasta que los intestinos empiezan a protestar, exigen cual obreros sus derechos, al extremo que hacen causa común con la salivación, por lo tanto, es el momento de ingerir alimentos, si son enlatados mejor, así no hay que esforzarse demasiado para no quemar energías.
Quizá para entonces ya estemos sobre las 16 o 17 horas del domingo; una vez con el alimento indispensable, más no abundante, se debe regresar a la cama y ahí, con gran convicción, esperar entre bostezos los sueños momentáneos, alguno que otro ronquido; ello hasta el lunes, cuando ya se vuelve a una amarga pero indispensable rutina. Es el momento de decir con estricta seriedad, que hemos practicado la hueva, misma que tal vez al final nos ayuda a ser mejores, hasta productivos y en ocasiones diligentes. De esta forma, ejercitar la hueva de vez en cuando, resulta necesario para una buena vida; lo grave, es que hay individuos que la practican todos los días, jamás se apartan de ella, piensan y trabajan con ella; en síntesis, la viven intensamente.
Ahora aclaremos que es la flojera y la hueva con un debate o una pelea, comenzando con la flojera:
La flojera dice: "5 minutos mas"
La hueva dice: "ni esperen que me levante"
Irresponsabilidad o flojera.

La flojera dice: "Lo hago mas tarde"
La hueva dice: "¿a poco de veras tiene que hacerse?

La flojera dice: "ay, ya me canse, ¿falta mucho?"
La hueva dice: "váyanse ustedes... yo aquí me espero"

La flojera dice: "Es que hay que ir por el agua hasta allá"
La hueva dice: "Mejor tomamo´ refresco"

La flojera dice: "Ehmmm....u u, bueno pues, si soy un poco flojo"
La hueva dice: "Si soy un pinche huevon ¿y que?"

Cuando se quiere llamar a una persona que es ahora si que flojo, la decimos que es un huevon o huevona, como un caso que tuve cuando hablaba con un amigo que tenia flojera, lo llame y ni si quiera se movió así que fui con el preguntando el porque de su animo bajo y lo único que me dijo fue -¡we! Tengo hueva de caminar además “la flojera no se crea ni se destruye, solo se transmite”- que es, y dícese de la persona lenta y tranquila, holgazán, floja, tardo, estúpido e imbécil. En si la el huevon pertenece a la hueva, la hueva es sinónimo de flojera, la flojera es una causa de la irresponsabilidad y la irresponsabilidad es el efecto de la flojera siendo una cadena bien formada. Pero nosotros los mexicanos no nos quedamos atrás, pues el síndrome de flojera en un mexicano se da cuando suele dejar todo al ultimo siendo un clásico de este y la mejor excusa para estas situaciones es usar las frases, que también identifican a un mexicano, como “lo mejor para lo último” o “los últimos seremos los primeros”.

Autores:
Omar Alejandro Medina de los Santos.
Alberto Mora Mora.
Jesús Arturo Pérez García

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